El expresidente de la Federación Peruana de Fútbol, Manuel Burga,
niega que haya recibido coimas mientras estuvo vinculado al cargo en el
órgano rector del fútbol peruano, pero otra vez se activaron las
acusaciones contra su persona. La acusación llega desde la Fiscalía de Estados Unidos para el dirigente peruano y otras 15 personas.
El Congreso de Perú también se hizo cargo del escándalo y amplió por noventa días el plazo de la comisión parlamentaria de fiscalización y contraloría para continuar su investigación a Burga por presunto delito de lavado de activos.
Gustavo Rondón, presidente de la Comisión de fiscalización y contraloría,
sustentó la solicitud de ampliación para profundizar en las
indagaciones. El congresista explicó que la información obtenida hasta
el momento resultaba insuficiente y que, en algunos casos, las pesquisas
no han sido atendidas por las instituciones requeridas.
Así mismo, abogó por recoger el testimonio de otras personas investigadas, así como determinar el origen de los fondos de la FPF, incluido lo recaudado por concepto de contratos suscritos con diferentes empresas privadas.
El legislador argumentó que la
ampliación de las facultades investigadoras era necesaria para analizar
los posibles vínculos de los implicados con la investigación
internacional que se hace contra la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) por presuntos actos de corrupción.
Manuel Burga también tiene abierta una investigación en la Fiscalía
por posibles delitos de corrupción en la gestión de la FPF, en relación
a operaciones como los traspasos de jugadores. Y parece que habría
hecho lo mismo en su cargo como coordinador general de proyectos de
desarrollo de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
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