La búsqueda de los restos mortales de la periodista María
Gilda Gómez Sánchez, acaecido el reciente 5 de noviembre, se torna cada vez más
difícil. En las últimas horas fuertes tormentas y el aumento del caudal de aguas
en el río Tarma, hacen imposible el rastreo en la zona alta, sobre todo en
Pichanaki.
La brigada de rescate organizada por la Asociación
Nacional de Periodistas del Perú, que acompaña a los afligidos familiares de la
extinta, reporta que hay temor de dar por desaparecido el cadáver y que ante esa
posibilidad, se ha tomado la decisión de extender la búsqueda en otros tramos
del río, sobre todo en la zona de Satipo. La Secretaria Nacional de la ANP, Mary
Espinoza Santiago, ha logrado concertar esfuerzos con los agremiados de la ANP
Chanchamayo y la ANP Satipo, al mismo tiempo que ha puesto una camioneta a
disposición de los encargados de internarse a sectores más alejados, así como
también viene suministrando combustible para el bote que traslada a los
pescadores de río que se han sumado a esta difícil tarea.
Los familiares de la víctima, entre ellos sus padres y
hermanos, no pierden las esperanzas de hallar los restos mortales de la
periodista, quien como se ha informado conducía el vehículo en medio de neblinas
y precipitaciones pluviales intensas, acompañada de otros tres colegas que
igualmente perecieron al desbarrancarse la camioneta.
Sobre este último particular, entre las autoridades que
han seguido otros casos de accidentes en la zona, se ha abierto la posibilidad
de que los restos se encuentren aprisionados entre los fierros de la caseta de
la camioneta, que quedó destrozada como consecuencia de la violenta caída. Esta
versión no ha sido descartada.
Periodistas experimentados refieren que este accidente,
con cuatro periodistas muertos en cumplimiento de su labor profesional, es el
segundo más grave en la historia del periodismo nacional. Como se recordará el
26 de enero de 1983 fueron victimados 8 periodistas y un guía en las alturas
cordilleranas de Uchuraccay. Anteriormente y en años del siglo pasado, perdieron
la vida, entre otros el reportero Orellana del Diario La Crónica, en Pasamayo, y
el fotógrafo Chávez, en un río de la selva amazónica.
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