jueves, 3 de enero de 2019

EL DESPRECIO A LA VIDA DE LOS CIUDADANOS DE A PIE QUEDA DEMOSTRADO AL CUMPLIRSE UN AÑO DE LA CAÍDA DE UN BUS EN PASAMAYO QUE COSTÓ LA VIDA DE 52 PERSONAS

Que hace olvidar flagrantemente al ministerio de Transportes y Comunicaciones y la controvertida concesionaria NORVIAL, así como a las autoridades nacionales, regionales y locales, que la negligente, peligrosa e irresponsable construcción de la carretera Panamericana Norte, en el sector del Serpentín de Pasamayo, fue la principal causa de la muerte de 52 personas tras la caída de uno de los ómnibus de la empresa de transportes interprovincial "San Martín de Porres" en el escalofriante punto conocido como "la curva del diablo", hace exactamente un año atrás.

Pues, mientras el país, la región Lima, las provincias del norte chico como Huaral, Huaura y Barranca, celebrabamos el año nuevo y paradójicamente nos dábamos los buenos deseos de un feliz año 2018, en la mañana del 2 de enero se registró uno de los accidentes de tránsito con consecuencias mortales más grandes de la historia del transporte nacional, porque dejaron de existir más de 50 pasajeros que se desplazaban de Huacho a Lima.

Tras la precipitación del trágico bus a uno de los abismos del Serpentín de Pasamayo, muchas voces intentaron llevar a encontrar una justificación para el terrible en la imprudencia del conductor, cuando las verdaderas causas están en la mala edificación de dicha vía, pues no tiene trazos lineales y en curvas que signifiquen elemental protección para la vida de todos aquellos que estamos obligados a viajar en en transporte público.

Pero a un lamentable año de la devastadora caída de dicho bus, tanto el ministerio de Transportes y Comunicaciones como NORVIAL, solo han atenida a cerrar, es decir prohibir la circulación de los ómnibus de transportes interprovincial de pasajeros por la peligrosa vía del serpentín de Pasamayo, inclusive con una medida de ampliación de plazo, como solución genial al problema.

A un año de dicha caída del bus, en el serpentín de Pasamayo no se han realizado ningún trabajo complementario que nos aseguren que ningún vehículo va ha volverse a caer, pues no se han colocado unas verdaderas barandas de seguridad, señalización y protección de los conductores y pasajeros.


Todo esto simplemente significa que la vida de los pasajeros y conductores no vale nada, porque hasta ahora dicha ruta, así como la variante de Pasamayo siguen igual que cuando el bus de la empresa de transportes "San Martín de Porres" se cayó en la "curva del diablo" el pasado 2 de enero, seguramente a la espera de otra tragedia similar o parecida para volver a hacer una pantomima pero no soluciones concretas./LA JORNADA.
 

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