El papa Francisco llegó hoy a Perú en una visita oficial y
apostólica de tres días, que le deparó un recibimiento apoteósico de feligreses
que le dieron la bienvenida por las calles que recorrió hacia la Nunciatura
Apostólica de Lima, donde descansará antes de viajar el viernes hacia la
Amazonía.
Los católicos de Lima, ciudad que hoy cumple 483 años de
fundación, se volcaron en masa para recibir al pontífice, que llegó al
aeropuerto internacional a las 16.32, procedente de la ciudad de Iquique, en
Chile, país que visitó en la primera parte de su sexta gira pontificia por
Latinoamericana.
El papa recibió la bienvenida a pie del avión del presidente
de Perú, Pedro Pablo Kucyznski, y, tras un acto protocolario con autoridades,
partió hacia a la residencia de la Nunciatura Apostólica, en el distrito limeño
de Jesús María.
En el inicio del recorrido una mujer logró romper el cordón
de seguridad para entregar unas flores al pontífice, que las recibió entre la
alarma de los cuerpos de seguridad.
Otro incidente se produjo instantes después, cuando unos
periodistas se acercaron al vehículo del papa a la salida del aeropuerto para
hacerle unas preguntas, lo que obligó a policías a correr y bloquear con sus cuerpos
el vehículo.
La comitiva papal fue aclamada luego por una multitud que
ocupó a lo largo de kilómetros todas las avenidas y calles que recorrió desde
el aeropuerto, en la provincia limeña del Callao, hasta la avenida Brasil, en
el distrito costero de Magdalena del Mar.
En ese lugar, Francisco dejó el vehículo oficial, saludó a
autoridades como el alcalde de Lima, Luis Castañeda, y abordó por primera vez
el papamóvil, en el que estuvo acompañado por el cardenal peruano, Juan Luis
Cipriani.
A lo largo de varios kilómetros, decenas de miles de
personas con globos amarillos y blancos, banderas y pancartas, aclamaron al
pontífice, mientras eran contenidas por agentes de la Policía Nacional
desplegados para evitar que se produzca algún incidente.
El papa fue esperado en la sede de la Nunciatura por miles
de personas, en su mayoría jóvenes que forman parte de la llamada “Guardia
Papal”, conformada para orar, cantar y vigilar su seguridad mientras permanezca
en la ciudad.
Al llegar al lugar, y ver a la multitud que lo esperaba,
Francisco decidió que el papamóvil hiciera un breve recorrido para bendecir a
los feligreses, entre los que destacaban muchísimos jóvenes y gran cantidad de
emocionadas religiosas que tanto rezaban como tomaban fotografías con sus
celulares.
“Esta es la juventud del papa”, coreaban los jóvenes ante el
paso de Francisco, quien saludó a algunos de ellos, siempre vigilado muy de
cerca por su guardia personal y agentes de la Seguridad del Estado de Perú.
Antes de ingresar a la Nunciatura, Francisco rompió el
protocolo para saludar a grupos de religiosas y pidió un micrófono para
agradecer a la multitud por haber llegado hasta el lugar.
“Gracias de corazón”, indicó antes de impartir la bendición
y rezar un Ave María.
“Recen por mí, no se olviden”, pidió a los feligreses, que
permanecen en gran cantidad a las afueras de la representación del Vaticano.
Francisco llegó a Perú, en una visita que lo llevará el
viernes a la ciudad amazónica de Puerto Maldonado, el sábado a la norteña
Trujillo y el domingo nuevamente a Lima, donde celebrará una misa de cierre
ante más de un millón de personas.
En Puerto Maldonado, el papa se reunirá con 3.500
representantes de comunidades indígenas peruanas, bolivianas y brasileñas,
quienes expondrán los peligros que afrontan sus territorios ante la minería
ilegal y el cambio climático, entre otras amenazas.
Ese mismo día, a su vuelta a Lima, se reunirá en privado con
Kuczynski, con quien conversará sobre la situación de las poblaciones
vulnerables y del medioambiente, según han adelantado fuentes oficiales
peruanas.
Al día siguiente visitará la ciudad norteña de Trujillo, a
570 kilómetros de Lima, que resultó muy afectada por el fenómeno climático de
El Niño Costero que golpeó la costa peruana durante los primeros meses de 2017.
El papa dedicará la última jornada de su visita a Perú a
participar en actividades religiosas en Lima, que cerrará con una misa al aire
libre en la base aérea de Las Palmas, en el distrito de Surco, donde se espera
que asista más de un millón de personas. EFE
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