Kuczynski y Fujimori fueron interrogados, por separado y en
estricto privado, por fiscales que investigan esas denuncias en el país, el
primero en el Palacio de Gobierno y la segunda en las oficinas del Ministerio
Público en el centro histórico de Lima.
El gobernante recibió durante cuatro horas, en condición de
testigo, a un equipo de fiscales anticorrupción encabezado por Hamilton Castro,
encargado de las investigaciones del caso.
En el encuentro, en el que también participaron el abogado
del presidente, Gonzalo del Río, y el procurador para el caso Odebrecht, Jorge
Ramírez, Kuczynski respondió por la información de que una empresa suya ofreció
consultorías a la constructora brasileña entre el 2004 y 2007, cuando era
ministro del Gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006).
Por este tema, un sector de la oposición en el Congreso
presentó un pedido de destitución del gobernante, que finalmente fue archivado
el jueves pasado gracias a que una parte del fujimorismo, liderado por el
legislador Kenji Fujimori, se abstuvo de votar.
Durante el debate del pedido de destitución, Kuczynski
afirmó que estaba dispuesto a colaborar con todas las investigaciones del
Congreso y la Fiscalía.
Keiko Fujimori, por su parte, también fue interrogada hoy
durante cinco horas por el fiscal para casos de lavado de activos José Domingo
Pérez sobre una presunta financiación irregular de sus campañas electorales.
La líder del Fuerza Popular, partido que controla el
Congreso, ingreso al edificio fiscal, en el centro histórico de Lima, mientras
en la puerta principal un grupo de sus simpatizantes lanzaban arengas de apoyo.
Keiko acudió en la cuarta ocasión en que fue citada, ya que
en las anteriores pidió que se reprogramen las convocatorias por diversos
motivos, entre ellos para que su defensa pueda revisar el cuaderno fiscal.
En este caso, respondió por la anotación en una agenda del
empresario brasileño Marcelo Odebrecht, que decía “Aumentar Keiko 500”, además
de por la financiación de su campañas electorales del 2006, 2011 y 2016.
Como parte de las diligencias, dos sedes de Fuerza Popular
fueron allanadas este mes por la Fiscalía ante la sospecha de que el partido
fujimorista llevó una doble contabilidad, en la que aparentemente declaró
donaciones falsas de personas particulares.
La hija mayor del expresidente Alberto Fujimori, quien fue
indultado el domingo por Kuczynski, es investigada por la presunta comisión del
delito de lavado de activos.
Las comparecencias del gobernante y de la líder opositora
cerraron un año en el que el escándalo Odebrecht concitó casi toda la atención
en el país, al implicar a exgobernantes y gran parte de la clase política
nacional.
Desde que se comenzaron a conocer las confesiones de Marcelo
Odebrecht y de su exrepresentante en Perú, Jorge Barata, ante la Justicia
estadounidense y brasileña, el país vivió un año plagado de revelaciones sobre
prácticas de corrupción que no han perdonado ni a un partido, ni a un Gobierno.
En Perú, el caso Odebrecht se ha centrado en seguir el
rastro de los millonarios sobornos que la compañía brasileña admitió ante la
Justicia estadounidense haber pagado en sobornos a funcionarios a cambio de
adjudicarse millonarias obras entre 2005 y 2014.
Ese período abarca los mandatos presidenciales de Toledo
(2001-2006), quien tiene una orden de captura por haber recibido un presunto
soborno de 20 millones de dólares; Alan García (2006-2011), incluido en
investigaciones por sobornos para el Metro de Lima; y Ollanta Humala
(2011-2016), encarcelado por la presunta financiación irregular de sus campañas
electorales. EFE
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