El nivel de aprobación de la gestión del presidente Javier Alvarado se encuentra en un peligroso 30.2 % de acuerdo a una encuesta publicada por CPI.El 35.4 % desaprueba su gestión y el 34.4% prefiere no opinar al respecto.
Entre los logros que se le reconocen en aludida encuesta al Presidente del Gobierno Regional de Lima, está la promoción del de-porte a través de las escuelas regionales del deporte con un 4.3 %, las que en la actualidad empiezan a desmoronarse por su lanzamiento con una total falta de planificación, clases sólo los fines de semana, siempre y cuando no haya renunciado el profesor por falta de pago y de verdad existan alumnos.
El segundo mejor resultado, los obtiene en el rubro construcción de pistas y veredas (3.8 %), todo lo contrario al verbo que empleó en campaña, pues indicaba que no haría trabajos que le competen a los alcaldes, mas ante la falta de obras de impacto regional y la poco proyección que tiene para ejecutar alguna en el futuro, se evidencia que la población no ve algo más interesante que resaltar.
Un dato interesante, que remarcar, es el poco apoyo a los alcaldes provinciales que hace notar el resultado de la encuesta, debido a que la población percibe que esto se da únicamente en un 01 %.
Al respecto, los propios alcaldes; cada uno en su momento han hecho notar que el presidente regional no escucha sus propuestas o les da poco atención.
Mientras el rubro ningún logro llega al 27,5% y quienes prefieren no opinar o expresan no saber nada sobre el tema llegan al 51,7 %.
Posteriormente la encuesta en otro cuadro, ha obtenido datos interesantes sobre los errores que la población visualiza en la ges-tión de Javier Alvarado, donde el 12.6%, opina que no realiza una buena gestión, no ejecuta obras o no hace nada.
El 8.5% indica que no se preocupa por todas las zonas de la provincia; el 3.8% cree que es un mentiroso, no cumple sus promesas y el 2.0 reconoce corrupción en su gobierno, mientras nuevamente un alto 53.0 % prefiere no opinar.
Estos datos, sin duda deben preocupar al Presidente Javier Alvarado, ya que lo ponen en la picota a casi un año de haber iniciado su gestión y probablemente por su pensamiento de querer ser candidato al sillón de Pizarro y su desmedida sed de poder, antes cumplir con eficacia su labor.
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