jueves, 27 de enero de 2011

En Lima y Ayacucho se recordó a los Mártires de Uchuraccay

Sin perdón ni olvido. En emotivas ceremonias realizadas en Lima y la serranía ayacuchana, se recordó la heroica gesta de los ocho periodistas mártires y un guía, que en Uchuraccay  inmolaron sus vidas el 26 de enero de 1983, buscando esclarecer la matanza registrada en Huaychao, donde perecieron menores de edad.
En la romería a la tumba de los heroicos hombres de prensa, ante el monumento que perenniza su sacrificio en el cementerio El Ángel, periodistas y familiares respondieron ¡Presente! cuando se mencionó a Jorge Ramón Sedano Falcón; Daniel Antonio Eduardo de la Piniella Palao; Oscar Willy Retto Torres; Pedro Sánchez Gaviria, Amador Ulpiano García Yanqui, Jorge Luís Mendívil, Félix Melecio Gavilán Huamán, Octavio Infante García; y el guía Juan Argumedo García.

En el convento de Santo Domingo se ofició una misa en su homenaje, con la presencia de los deudos, periodistas de diversos medios y dirigentes de la ANP, encabezados por el presidente institucional, Roberto Mejía Alarcón.

Mientras tanto en las alturas de Ayacucho, se realizó el 19 recorrido de la Paz, siguiendo la ruta de los reporteros mártires hacia la comunidad de Uchuraccay, en un homenaje encabezado por dirigentes de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, ANP.

La expedición partió  hacia la comunidad de Huaychao , donde habían perecido varios menores en uno de los enfrentamientos de la guerra antisubversiva, el 26 de enero de 1983, inmolando sus vidas en búsqueda de la verdad,  en un crimen que después de 28 años sigue sin esclarecerse plenamente.
Ante el monumento a los Mártires de Uchuraccay, los miembros del Comité Ejecutivo Nacional de la ANP, Berta Fiestas y Ernesto Chávez, así como Pedro Yaranga y Giullianna Agurto, a nombre de la Universidad Jaime Bausate y Meza, colocaron sendas ofrendas florales.

Las tumbas en pareja

Pedro Yaranga recordó que en un día como hoy del año 1983, en plena época subversiva, en las alturas de la comunidad ayacuchana de Uchuraccay, ocho nuestros colegas periodistas y un guía fueron cruelmente victimados, cuyos cuerpos, por primera vez en la historia andina fueron enterrados en fosas y de dos en dos.

“Nunca antes el pueblo quechua o andino solía enterrar de esa manera, así se tratara de alguien que en vida haya podido delinquir, porque para la cosmovisión andina, la muerte es como un viaje a otra dimensión de la vida, de constante relación del alma con los vivos, incluso a los difuntos suelen convocar cuando es necesario”, señaló.

“De acuerdo a los estudiosos- agregó-  solamente en los casos de personas muertas en corridas de toros, los pobladores suelen enterrar boca abajo (pero no en grupo), orientando directo al purgatorio, porque de ser enterrados con mirada al cielo, podrían salir de noche y causar susto contra los pobladores”.

Destacó que por esa razón no se descarta la participación de otras fuerzas, ajenos a los campesinos que los habría obligado a dislocar la costumbre ancestral de respeto a los muertos.

Comunero asesinado

El secretario interino de la ANP reveló pocos conocen que a la muerte de los periodistas, antecedió el comunero Severino Huáscar Morales, quien fue ejecutado en la puerta de la casa comunal, tras solicitar que se respetara la vida de los periodistas.

Durante los meses siguientes, como señala la CVR, Uchuraccay continuó siendo escenario de violencia, muerte y desolación: total ciento treinta y cinco comuneros fueron asesinados producto de los ataques del grupo terrorista SL, así como de los excesos de las fuerzas contrasubversivas, incluso de la actuación descontrolada de los Comités de Autodefensa.

Producto de este fuego cruzado, a mediados de 1984, Uchuraccay, pasó a formar parte de los pueblos fantasmas, todas las familias sobrevivientes huyeron, refugiándose en otras comunidades cercanas, especialmente en la capital de la Provincia de Huanta, así como en Tambo, aunque en mayor cantidad decidió huir hacia la selva de Ayacucho y del Cusco.

Recién en octubre de 1993, algunas familias se aventuraron a retornar a sus antiguos pagos.

“Por todos estos acontecimientos, Uchuraccay significa un referente emblemático de la violencia y el dolor en la memoria colectiva del país, así como de las demandas de justicia, verdad y reconciliación”, enfatizó.

Hizo hincapié que  al olvido a las poblaciones altoandinas, se suma el carácter controvertido de las investigaciones sobre la muerte de nuestros mártires.

Justamente por este hecho controversial, la ANP, junto con la alcaldía de la Municipalidad Delegada de Uchuraccay, el alcalde del Distrito de Tambo (La Mar) y la Municipalidad Provincial de Huanta, el 26 de enero de 1998, en conmemoración de los quince años de la muerte de los ocho periodistas, organizó el recorrido de la “I Ruta por la Paz y la Reconciliación Nacional”, peregrinaje que luego se institucionalizó y todos los 26 de enero se realiza con participación de periodistas, autoridades y pobladores del lugar y zonas aledañas.
Además, por iniciativa de nuestra entidad gremial, en el año 2005, en el pueblo de Uchuraccay, con un presupuesto asignado por el gobierno, como parte de las reparaciones simbólicas, se hizo realidad la construcción de un Santuario Nacional de la Paz y la Reconciliación Nacional, lo que supone que este Santuario, no solo simboliza el significado de la muerte de los ocho periodistas, ni la muerte de los ciento treinta y cinco campesinos, sino todos los hechos históricos que pasó el país desde la emancipación hasta la fecha.

Toda esta realidad permite acercarnos a las brechas que siguen distorsionando la sociedad Peruana. Pero, para nosotros, la muerte de los ocho periodistas no solo representa lo peligroso de la profesión, sino todo lo que puede ocasionar el fenómeno psicológico del terror.

Compañeros, aquí en este camposanto y junto a las tumbas de nuestros mártires, quiero decirles: hermanos, la justicia llegará y aquellos que actuaron bajo la sombra de los campesinos recibirán el castigo de la justicia, así como la exigida sanción divina.(ECHA).



 

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