Al estar estancada, el agua se convierte en un criadero para las larvas del zancudo del dengue, ya que el aedes aegypti vector de la enfermedad busca este tipo de ambiente para poner sus huevos y desarrollarse.
Por ello, es importante realizar el cambio constante del agua, de igual modo se debe poner énfasis en la limpieza de las piscinas ya que estas deben incluir la desinfección con lejía y un correcto enjuague.
Además del dengue, como el agua no recircula existe gran concentración de microorganismos y bacterias que provocan enfermedades a la piel y gastrointestinales, motivo por el que es importante que las piscinas caseras sean de uso exclusivo para los niños y no sean compartidas con los adultos.
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