Nuevamente el patrimonio arqueológico de Caral, ubicado en el valle de Supe, sufrió un lamentable atentado. Un grupo de enardecidos pobladores, proveniente de las zonas de Allpacoto, Llamahuaca y Pueblo Nuevo, destruyó un muro que se venía levantando para la construcción del letrero de señalización del lugar y apedreó uno de los asentamientos circundantes al sitio declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
El incidente ocurrió el último martes, pero fue denunciado recién ayer por los expertos del Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe (Peacs). Según los arqueólogos, los integrantes de la turba llevaban los rostros cubiertos y agredieron física y verbalmente a los especialistas cuando estos realizaban labores de excavación e investigación en la zona.
Como resultado de la agresión, algunos arqueólogos resultados heridos por el impacto de piedras. Además, el vehículo usado por el proyecto también sufrió daños. La tardía reacción de la Policía no hizo posible la identificación de los agresores.
Según se informó, los atacantes están en contra de la delimitación de la zona de Allpacoto porque han colocado allí indebidamente sus precarias viviendas y corrales, los cuales están usurpando terrenos con arquitectura monumental. Los pobladores asentados en el lugar no poseen título de propiedad ni reconocimiento legal. En ese sentido, el Peacs denunció que, tras el ataque, estarían traficantes de tierras que pretenderían lotizar y vender dichos terrenos.
El incidente ocurrió el último martes, pero fue denunciado recién ayer por los expertos del Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe (Peacs). Según los arqueólogos, los integrantes de la turba llevaban los rostros cubiertos y agredieron física y verbalmente a los especialistas cuando estos realizaban labores de excavación e investigación en la zona.
Como resultado de la agresión, algunos arqueólogos resultados heridos por el impacto de piedras. Además, el vehículo usado por el proyecto también sufrió daños. La tardía reacción de la Policía no hizo posible la identificación de los agresores.
Según se informó, los atacantes están en contra de la delimitación de la zona de Allpacoto porque han colocado allí indebidamente sus precarias viviendas y corrales, los cuales están usurpando terrenos con arquitectura monumental. Los pobladores asentados en el lugar no poseen título de propiedad ni reconocimiento legal. En ese sentido, el Peacs denunció que, tras el ataque, estarían traficantes de tierras que pretenderían lotizar y vender dichos terrenos.
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