COSTUMBRES RITOS ANCESTRAL EN BODA
IDEOLOGÍA CAMPESINA EN BODA, TRADICIÓN DE LA CULTURA HUANCA
Una pareja de novios huancaínos decidió casarse bajo la tradición de la cultura Huanca en la que ambos bebieron algunas gotas de su sangre como una manera de jurarse amor eterno.
Los novios Rodrigo Gamarra y Nuria Ortega contrajeron matrimonio siguiendo el rito de unión que data de la época prehispánica.
Según informó el noticiero de TV “América Noticias”, los recién casados celebró su boda en unas ruinas preincas ubicadas al sur de la ciudad de Huancayo.
Antes de darse el sí, la joven pareja purificó su alma en un puquial (arroyo de agua limpia) y, en presencia del sacerdote andino, los padrinos y centenares de invitados, hicieron un pago a la tierra.
Como parte del ancestral rito, el sacerdote procedió a extraerle una pizca de sangre del dedo indice a los novios, que luego bebieron en vasos cruzando las manos.
“Queremos recordar que nuestros ancestros lo hacían así y queremos revalorar esta tradición”, sostuvo Rodrigo Gamarra.
Por su parte, Nuria Ortega afirmó que al seguir el ritual huanca buscan no olvidar sus raíces y que buscarán hacerlas prevalecer a través de sus hijos,
En imágentes difundidas por América TV se apreció que los recién casados optaron por reemplazar el tradicional vals por un huaino y una mulliza al compas de orquestas típicas.
En tanto, los invitados a la boda comieron cancha con queso y abundante chicha de jora en una fiesta que siguió hasta altas horas de la noche.
Una pareja de novios huancaínos decidió casarse bajo la tradición de la cultura Huanca en la que ambos bebieron algunas gotas de su sangre como una manera de jurarse amor eterno.
Los novios Rodrigo Gamarra y Nuria Ortega contrajeron matrimonio siguiendo el rito de unión que data de la época prehispánica.
Según informó el noticiero de TV “América Noticias”, los recién casados celebró su boda en unas ruinas preincas ubicadas al sur de la ciudad de Huancayo.
Antes de darse el sí, la joven pareja purificó su alma en un puquial (arroyo de agua limpia) y, en presencia del sacerdote andino, los padrinos y centenares de invitados, hicieron un pago a la tierra.
Como parte del ancestral rito, el sacerdote procedió a extraerle una pizca de sangre del dedo indice a los novios, que luego bebieron en vasos cruzando las manos.
“Queremos recordar que nuestros ancestros lo hacían así y queremos revalorar esta tradición”, sostuvo Rodrigo Gamarra.
Por su parte, Nuria Ortega afirmó que al seguir el ritual huanca buscan no olvidar sus raíces y que buscarán hacerlas prevalecer a través de sus hijos,
En imágentes difundidas por América TV se apreció que los recién casados optaron por reemplazar el tradicional vals por un huaino y una mulliza al compas de orquestas típicas.
En tanto, los invitados a la boda comieron cancha con queso y abundante chicha de jora en una fiesta que siguió hasta altas horas de la noche.
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